jueves, 19 de febrero de 2009

DIME QUE LEES, Y TE DIRÉ…

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En un reciente post titulado Lezama Lima como mala influencia", Emilio Ichikawa saca su aún cortante, aunque algo previsible Katana, y se enreda en un tema en el que algunas veces hemos pensado: el legado de José Lezama Lima. Decir que Lezama es “un gran escritor” es una obviedad que nunca sobra, y asegurar que “ha sido una mala influencia para algunos creadores de las últimas generaciones", aunque pueda parecer exagerado, es sustentable a pesar de no ser exacto. La exactitud no es un parámetro con demasiado prestigio, pero obliga a una aproximación.

1- La cacareada erudición de Lezama, que no se reduce a ser “un abogado culto” en el decir extremo de Néstor Días de Villegas, no hay que cuantificarla “por libras", citas por minuto de conversación o pagina escrita; o cualificarla sopesando la profundidad, complejidad o exótico origen de sus temas, elucubraciones estéticas, filosóficas o de cualquiera otra disciplina en que se le ocurriera trasegar. Sería saludable aceptarla en su clara concepción reactiva al asfixiante entorno en que nuestra cultura republicana trascurría. Una pendular oscilación, en cuyos extremos daban alaridos provincianos remedos de las vanguardias, sin poder evitar manchar sus trajes en el lodo de un neoclasicismo acriollado salpicado de latinazos. Nos sorprenderá entonces ver que Lezama no es una excepción, sino más bien la regla. Un ejemplo claro de extremismo ecléctico que intenta apabullar el encartonamiento neoclásico, convertido en kitsch por la propensión al ridículo insular.

2- Sobre el segundo acápite sólo me gustaría acotar, en completo acuerdo, que "Paradiso" merecía ser mondado de, al menos, un tercio de su lastre retórico. Un buen ejemplo de socarrona concisión pudiera ser “El siglo de la luces", en el cual Alejo se da el lujo de “enyucarnos” descripciones de más de quince paginas, en las cuales no podemos prescindir ni de una “ristra de ajos". Uno se siente tentado de justificarle argumentando, como ya se ha hecho típico entre los “buitres a la caza de Lezamerias”, que “el gordo era una cascada verbal", pero no hay que olvidar que en las cascadas lo que sobra es agua.

3- La veleidades de Lezama no eran, ni son singulares en nuestra tradición literaria, sólo que fueron subrayadas por la notoriedad de este; una referencia ineludible que demuestra la resistencia del acto creativo ante la ceguera del contexto (en la república), o la intención de mercenarizar el arte (en la revolución), en un pomposo ejercicio de protagonismo social al cual cedieron “encantados” muchos de nuestros “más lucidos” intelectuales. Si de alguna otra manera es notable Lezama, además de cómo escritor, es como “hacedor de cultura", y fue el hecho de auto-“producirse” (y a los que estaban en su entorno) el que situó su estética, y sus revistas (especialmente Orígenes, sin olvidar su aporte en la promoción de las artes plásticas y la música) en el mapa cultural hispanoamericano. Hoy esto adquiere visos de caricatura, pero el imperio de la literatura “parametrada” según las formulas “que funcionan” y la necesidad de sus protagonistas de “mantener el foco” para justificar sus contratos con ventas, no es en ningún modo imputable a Lezama.


4- La verdad es que no alcanzo a entender como puede “la celebración (…) de una supuesta virtud apolítica (…) adecentar la falta de inteligencia especulativa y audacia crítica que caracteriza al gremio de los escritores cubanos” y menos aún como puede hacerse esto “en torno a Lezama Lima", pero si Emilio lo dice debe tener algún argumento que escapa a mis razones, y como otras tantas veces, lamento no sea explícito.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Si me permite le explico, todo se resume en desatar la idea misma de la contraparte existente y que por momentos resulta prosa de prisa sin compromiso ideologisante, y si tiene mucha razón usted, en la misma medida que Lezama se autocensura en busca de ese yo interior que laceraba no solo su anatomía y si mas allá de las fronteras reales de su conocimiento, fue creando un ambiente origenista que era compartido por los contemporáneos y aceptado como línea editorial por los lunetistas revolucionarios y que se puede encontrar aun en estancia londinense del viejo Cabrera, decae y luego se redescubre en la afilada y lesbiana pluma parisina.

Quedo de usted,

Anónimo dijo...

Qué hace la japonesa opinando sobre lo que no sabe. Si no hubiera sido por la confusión revolucionaria, ella nunca hubiera pasado de profesora de primaria. Pero ella se cree Mañach. Se dice filósofa. No ha leído a Lezama, y de haberlo leído, no lo habría entendido. Ella no pasa de Eliades Acosta, que es su ídolo y vaya usted a saber qué más, lo que en el fondo no tiene importancia. ¿Cómo se atreve a opinar de la buena o mala influencia de un escritor que no conoce? ¿Alguien ha leído sus poemitas? Pues léanse. Y ya le valdría que Lezama le hubiera dejado su mala influencia. Qué paisito de gente improvisada, tú, cuánta mierda.

Anónimo dijo...

Oye, la ciegita ichi opina sobre lo que le dé la gana, quien a visto que para opinar hay q saber sobre algo. ella lanza parrafadas sobre lo que se le ocurra y muy comemierda es usted si le hace caso, además de qué poema hablas si ella no sabe escribir

Anónimo dijo...

caballero no le den mas vueltas, ese es un pobre resentido porque no triunfó ni como profesor de marzismo ni como escritor ni como lame culo de eliades acosta. no le hagan mas caso, que escriba un gran libro y despues hablamos. hasta ernandez busto es mejor que él

Anónimo dijo...

y jorge ferrer que por lo menos tiene una foto encueros que le hace justicia. ¿alguien a visto al japones en cueros? ¿tiene espada o espadita o no tiene nada? qué katana ni qué katana. no tiene nada y lo que es cerebrito...

Anónimo dijo...

Les guste o le pese, Lezama es un escritor muy sofisticado para paladares provincianos. El profesor chino debe escribir sobre lo que esté a su alcance, es decir, Gaspar Jorge García Galló y el gran filósofo Acosta

Anónimo dijo...

Ustedes se fijaron: la china gorda que vive en París, se parece a Deng Xiao Ping, y el gordo japonés que vive en Miami se parece a la viuda de Mao.

Anónimo dijo...

¿Pero qué culpa tiene Lezama de que le salieran monos de imitación sin cola? Yo confieso que nunca he entendido Paradiso, ni siquiera logré leerlo completo porque no entendía ni jota, pero lo atribuyo a ignorancia mía, no a defecto de su escritura.

Anónimo dijo...

ami loque me parece una comemierderia es estar diciendo lo que esta bien y lo que esta mal, lo que debe haserce y lo que no, cuando lo mejor es escribir libritos que valgan la pena. oye, ichicaga pele con tu obra, compadre, y no jodas que ti no tienes la verda ni un carajo

Anónimo dijo...

Falta de inteligencia especulativa y espíritu crítico, dice el profesor. Cito: "El escritor no es aquel que tenga la más brillante de las culturas ni la más inteligente de las concepciones del mundo, sino aquel que convierte su vida en algo semejante a un espejo, de tal modo que su vida, por mediocre que sea en el aspecto mundano y en el intectual, vaya a reflejarse allí, porque el escritor consiste en la potencia de reflejar y no en la calidad intrínseca del espectáculo reflejado". Marcel Proust. A la sombra de las muchachas en flor. Libro que el profesor no debe haber leído jamás.

Anónimo dijo...

Bueno, miralo a el como especula y lo mal que escribe...