miércoles, 18 de marzo de 2009

OTRO ESPUTO DE ABREU

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Por acá estuvo Abreu. Cuidado no vayan a pisar eso, que pisar mierda puede “dar suerte", pero pisar una de sus secreciones puede ser fatal.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me atrevo a citar in extenso a Cesar Reynel Aguilera, ayer, en PD. Espero que me perdone. Pero sus palabras me han parecido esclarecedoras y bien dichas. Creo que hay que echarle algo arriba al esputo del Esputador. Muy bien por Aguilera.

15 César Reynel Aguilera // Mar 17, 2009 at 6:25 pm

La democracia cubana es una perla en un chiquero; para que algún día brille, si es que ha de brillar, hay que meterse en la pocilga, hablarle a los puercos como si fueran personas y abrir un espacio que permita, de vez en cuando, enterrar las manos en la mierda y buscar, y buscar, con la esperanza de encontrar la margarita. No queda otro camino, es imposible ignorar a los marranos, ahí están y ahí estarán porque “la superioridad de los imbéciles es evidente y está garantizada para siempre”. Matarlos o —eufemísticamente— convertirlos en jamón, es también un sueño irrealizable, por los colmillos que crían —cual peines de AK47—, por la enorme capacidad de reproducción que tienen, y por el hecho de que haciéndolo nos convertiríamos en algo muy cercano a ellos. Así las cosas, no queda más remedio que ensuciarse con la esperanza, y el voto, de no convertirse uno mismo en un miembro más de esa u otra pocilga (hay muchas). Sólo así se podrá, en el improbable caso de encontrar la perla, evitar que vuelva a caer donde está. Ahora bien, eso no quiere decir que todos tengan —o deban— hacerlo, apoyarlo o aplaudirlo. Esa es, precisamente, la belleza de la democracia que buscamos, cada cual hace lo que pueda y estime conveniente según sus necesidades, creencias y entendimientos. Personalmente soy de los que creen preferir la limpieza de baños en un aeropuerto a sentarse a la mesa con Senel y compañía; y digo creer porque nadie me ha ofertado —ni creo que sucederá— la posibilidad y los honorarios de una de esas “conferencias”. Esa creencia mía, sin embargo, no me impide admirar lo que acaban de hacer Cruz, Rojas, y Ferrer, que es, esencialmente, ir a perder hoy con la esperanza de ganar mañana, ir a decirle a una bola de verdaderos presos de conciencias —Senel y compañía lo son de las suyas— que existe algo llamado libertad. Algunos podrán decirme, no sin razón, que llevamos 50 años en la gracia de explicarles a los personeros del castrismo lo que es ser libres, pero es que no veo otra alternativa.

TIROFIJO dijo...

Otro que deja de aplaudir ciegamente y usa su cerebro. Enhorabuena. Justo es lo justo.

Anónimo dijo...

me pregunto si en ese nosotros de los que llevan cincuenta años se refiere a la relacion de él con su padre...

Anónimo dijo...

Señores, por qué no se dan cuenta de que el nuestro es un paisito de mierda. Desde Tacón a nuestros días. Castro es un asesino, hace 50años que gobierna su finquita con mano de hierro, pero el problema es que si la Obispa Valdés, el Emanador o el Busto gobernaran la finquita sería lo mismo. Hablan de guerra (ver a la Brower), de intransigencia y de qué sé yo cuántas cosas no porque no se den cuenta de usan el mismo tono intransigente de los comités de defensa, ni porque les interese la "patria", ni porque les duela que hayan matado a tres negritos. Con lo frívolos que son, les da lo mismo si son tres o diez los negritos asesinados. Va a venir a decirme a mí el Esputador que le duele la muerte de nadie cuando es un aprovechado y se le ve en la cara que podía haber sido un esbirro de batista. Y en cuanto a ella... En fin. La guerrita de ellos es otra, la de provecho propio, la celebridad, el escandalito fácil, y ver cómo van viviendo de lo que sacan con todo esta guerrita. Ya me dirán quién los va a leer cuando Cuba vuelva a ser una democracia de verdad. No se trata de moral, sino de interés personal. Mientras más revuelto el río más ganan esos pescadores. La moral de M. E.Cruz Varela, Ferrer o Rojas, que van y se sientan con Paz y le demuestran al vendido al castrismo, que ellos son libres y discuten, les echa por tierra el modus vivendis. La altura moral de esos tres al sentarse con ese pobre escritorcito de tercera línea que firma cartas asesinas, les acaba con el carnaval. Cuando hablan y sueltan sus esputos, se comportan como los Ches y los Castros. Avivar la guerra les conviene porque no tienen verdadera importancia. Y como Castro, sólo se explican con un enemigo. Con esos señores no se va a la democracia. Entiendo a Lita cuando cita a Aguilera, que no es santo de mi devoción, la verdad, pero q ha estado bien

Anónimo dijo...

Abreu no esputa: es puta.