PASANDO LISTA #1

Una cacería, que no deja de tener cierta gracia, ha hecho que algunos se hayan dado a la tarea de anotar los nombres de los asistentes a cada evento en estas últimas semanas, para por decantación cerrar el círculo de nuestras identidades, como si esto tuviese alguna importancia. El caso es que nos hemos dividido, en parte, ¿por qué no?, para disfrutar el juego, y lo que es más importante, para poder tener una idea de las múltiples cosas que están pasando en la ciudad, que por suerte ya se superponen.

El martes 4, en la sala Capella del Ranaissance at the Coral Gables, se presentó el libro “La Ventana doméstica”, del poeta Juan Carlos Valls. Un libro de Iduna Ediciones, que se sale de los tradicionales conceptos e imagen de este sello, tal vez por el aporte de la diseñadora Karina Geada (hace tiempo se notaba la necesidad de un profesional en este aspecto) o las fotos de Pedro Portal. La presentación estuvo a cargo del editor del libro, Heriberto Hernández, el cual leyó las palabras que escribiera a manera de prólogo. El poeta se hizo acompañar por la cantante Midiala Rosales, que hizo un uso discreto de su presencia y de su linda voz, permitiendo el protagonismo de la lectura. J.C.Valls, hizo un recorrido (algo extenso, es cierto) por toda su obra, que nos permitió hacernos una idea de la solidez y dramática vitalidad de su poesía. Saltando sobre la decoración del sitio, que sugería cualquier cosa menos la presentación de un libro, fue un evento muy agradable, con deliciosos bocadillos, abundantes libaciones y un público variado y numeroso. Para más información y ver fotos pueden hacer click acá.

Elchi, ese día se levantó con la mente clara, leyó el anuncio de la presentación en Miami de la revista Encuentro y jugó a las predicciones. Aunque en esencia no se equivocó, los matices no suelen ser superfluos. El jueves 6, resistimos resignados una extensa introducción de Antonio Ponte, que se paseó por el índice de la revista con el regocijo del que pela la fruta que ha conseguido con mucho esfuerzo, trepando “al árbol más alto del bosque”. Paquito de Rivera, aparte de sus cuentos, harto conocidos, no vaciló en soltar algún que otro chiste, de esos que nos llegan a todos por internet. Gustavo Pérez-Firmat, leyendo los rostros ya agotados del público, se contuvo en lo posible y no nos agotó con sus pretendidos alardes de liberalismo o flexibilidad académica, al “atreverse” a referirse a Buesa y lo que él supone “es peor”, a su “Poema del renunciamiento”. Si en este punto se hubiese terminado, la presentación hubiese sido densa igual, pero no en un exceso insostenible. Faltaba lo peor, y en eso si se equivocó Ichi. Roberto González Echevarría ni siquiera se esforzó en hacernos creer “que es una persona modesta” y se tiró un rollo babilónico, no sólo por lo extenso, sino porque parecía que se estaba refiriendo precisamente a un paseo reciente suyo por los legendarios jardines, a los cuales se refiere con el nombre de Cuba, para hacer un homenaje a su tierra de origen. La ausencia de “valores locales” en “el fichaje” de la representación de Encuentro, que lamentaba con moderación oriental E.I. desde su tonel de Homestead, se hizo notar en este momento, no porque no estuvieran presentes, sino porque ninguno, con la honrosa excepción de Tumiami que puso una quejosa nota de tono feminista, se ha animado, en los blog, ahora que se rompió el monopolio de la cátedras y los editoriales de la prensa plana, a sacudirle el polvo a este encartonado y mohoso profesor, que viene una vez al año a decirnos, en un tono de bula papal que huele a naftalina, lo que hay que hacer para resolver todos nuestros problemas. Ya la gente no soportaba y los que no estaban conversando entre ellos, salieron a capturar un mojito. Ponte terminó como pudo y empezó por fin el Encuentro de verdad, con los buenos amigos, con las abundantes libaciones mentoladas y los humos que suelen distender la ataduras interiores y hacen a la gente ser más natural. La directora del CCE tiene razón: tienen “unos jardines maravillosos” donde “la yerba” es fresca y los árboles amparan. Para más información y ver fotos pueden hacer click acá o aquí.

El viernes 7 volvió Iduna a las andadas. El libro del poeta Heriberto Hernández venía precedido por una campaña en la red, que de alguna manera nos involucra y que no pareció afectarle, todo lo contrario. La asistencia de los usuales, se vio reducida por la coincidencia con otros eventos. El libro con un diseño pulcro y funcional del poeta George Riverón sobre excelentes dibujos de Yovany Bauta, estuvo al cuidado del poeta Carlos Pintado. Al parecer, Iduna ha afinado el oído a nuestros disparos y procura asegurarse una disminución en su margen de error. La presentación transcurrió serena, destacando la sobria nota de presentación de C.P. en su calidad de editor y una muy seria y fluida exegesis de la poesía del H.H. leída por la poetisa Elena Tamargo. El autor leyó, en su habitual tono discursivo, no más de tres o cuatro textos, el último de los cuales fue especialmente emotivo. Al final, el público hizo un grupo de preguntas que expresaban el interés por satisfacer dudas auténticas, lo cual no fue apreciado así por una de los representantes de Iduna que cortó abruptamente el debate y “a otra cosa mariposa”. Iduna sale ileso en estas dos últimas, aunque les sugerimos que prescindan de la campanita. Para más información y ver fotos pueden hacer click aquí.

También esa noche, en Zu Galery, el poeta Juan Cueto hizo una lectura de textos suyos. Nos gusta mucho este sitio, a pesar de la interferencia usual de los aviones. Los dueños del lugar, mostrando una discreta hospitalidad, se las han ingeniado para recibir público en el patio de la galería y propiciar un ambiente sereno y respetuoso. El poeta no pudo prescindir, lo cual seria muy saludable, de su habitual autoconmiseración. Siempre que lo escucho leer, a pesar de su posterior performance que ilustra su fina ironía, sus dotes evidentes en el uso de los metros clásicos y su cultura, balanceada y profunda, pienso (puedo equivocarme) que el acto de constricción inicial es una cuidada estrategia para rebajar las expectativas, que tributa en la sorpresa posterior de los que lo escuchan por primera vez. El caso es que ya todos le conocemos y estimamos que no lo necesita. Para ver fotos pueden hacer click aquí.

Y para rematar, también esa noche, el fotógrafo Pedro Portal abrió las puertas de su casa, típica casa de cubano, criollo transterrado, y sus reservas de vino a la claque que las escanció hasta ver el vidrio y se largaron, quedando sólo los íntimos. Otros sitios se solazaron en los choques de egos usuales, los amagos de escandaletes y la ebriedad del inefable Arturo Cuenca, por lo que no abundaremos en ello.

En tanto, Maricel Mayor Marzan, que a nombre del Koubek Center - University of Miami, el Centro Cultural Español, Teatro del Sol (Academy of Performing Arts & Entertainment) y Ediciones Baquiana habían invitado al lanzamiento del libro Desde las dos orillas, que incluye tres obras teatrales del dramaturgo cubano Marcos Miranda, en el Anfiteatro Luis J. Botifoll, se libró, al menos por esta vez, de nuestra presencia y de la mayor parte de “la chusma intelectual de Miami”, como acostumbra llamarles.
(continuará)