NO QUITAREMOS COMENTARIOS

Un comentario, de tan prescindible, nos obliga a dar razones para no borrarlo:

“Anónimo”, a secas, la integridad de un hombre (macho), en lo esencial, retrocediendo al estadio primario en que la madre hace un altar en el confesionario de su vientre, se edifica sobre el respeto y la adoración de la fragilidad consustancial y metafórica de la mujer. La Sra. Isis Wirth, a la cual se respeta en este sitio y a la cual empezamos a leer a instancias de nuestro objeto de culto y adoración en la tríada que somos, otra fémina, merece nuestro mayor respeto por tres razones:
• Es una mujer.
• Es una mujer brillante que entrega los mejor de si en cada post que cuelga de su blog, uno de los más sustanciosos que existen hoy en la red.
• Es una mujer de esas que podemos usar de ejemplo (cuando de pasión, lealtad a los que piensa y a sus amigos se trata, sin que por ello renuncie en modo alguno a sus sólidos valores democráticos y humanísticos) para recordarle a algunos hombres que la hombría no se mide en pulgadas ni puede pesarse en libras (de libros, ante la ausencia simbólica de testículos).
Nótese que en los tres casos partimos de que es una mujer y reivindicamos eso como sustancial.
En cuanto a la patraña ladina de poner comentarios “bajoteros” sobre personas, que suponen tienen nuestra admiración y sobre todo, que gozan de nuestro respeto por el básico argumento genérico) para tentarnos de borrarlos y demostrar nuestra supuesta inconsecuencia, no nos sorprende. No los eliminaremos por razones que si cualquiera quiere saber, le explicaremos privadamente a través de nuestro correo electrónico, (mtirofijo@hotmail.com) además cada injuria o bajeza describe al degenerado que la emite de una forma muy explicita. Veamos:

• Cuando se una la palabra “flaca”, (que por cierno esta muy cotizada en la cultura contemporánea y puede tener connotaciones muy afectivas) en tono despectivo, se hace evidente la proyección y se pone afuera, se exhibe involuntariamente la delgadez (además de real) moral e intelectual del emisor.
• Cuando se habla, de alguna manera de algo “puro” sea un “hueso” o cualquier otra cosa, para figurar algo con signo negativo, vuelve a manifestarse el yo interno del insultante sumergido en toda clase de “impuras” secreciones.
• Sólo hay una cosa que yo también me he preguntado. Asistí, discretamente, a una de las presentaciones de su libro en Miami, y efectivamente: le escuche decir repetidamente “gracias, gracias, muchísimas gracias". Miré en derredor y creí apreciar en el resto de los asistente el mismo deseo que a mi me impulsaba: ponerme de pie y junto a todos los presente decirle “Gracias” a coro.
• De sus hábitos alimentarios no puedo opinar, pero envidié a Alfredo Triff y su esposa, que tuvieron la oportunidad de tenerla en su mesa, y lo que es mejor, gozar de la sobremesa.