UNA CARTA (pero no hay que firmar nada)

Estimado Sr. Varela:
Ante todo y después de saludarle, me gustaría hacer varias observaciones acerca de sus abundantes y condimentados comentarios en nuestro post MRC. Lo primero, y creo lo más importante: no estábamos al tanto de su situación legal pues forma parte de su vida privada, que respetamos. Si alguno de nuestros comentarios sobre su vida pública puede tener alguna consecuencia sobre esto en particular, lo lamentamos y estamos dispuesto a subsanarlo si fuese necesario. En cuanto a lo que dice de cumplir con la sociedad nos parece “serio” y “justo” y demuestra usted en ello una responsabilidad que no lográbamos deducir de sus patrones generales de comportamiento (público).
Lo que no nos lo parece tanto, es pensar o creer que se puede exigir a los demás que no hagan lo que es su práctica diaria y personal. Si, es evidente que nuestro asunto es joder y no nos importa si lo acepta o no, pues si de eso dependiera, no tendría sentido hacerlo. No alimente su ego (ya obeso) pensando que es un problema con usted. No es un problema, y no tiene un nombre específico. Como dice tu amigo -que por cierto es un gran “jodedor", oculto también como nosotros, bajo una “máscara” académica de persona seria y dedicada a temas trascendentes- ardemos “en deseos (no) de trascender” sino de “llamar la atención", (no sobre nosotros, cuyos nombres sólo saben usted, sus amigos y algún otro curioso) sino sobre la pacatez y mediocridad que cabalga como una plaga endémica en nuestro entorno. Creo que ha sido un tema que usted a tocado frecuentemente, pero eso no le salva ni le hace dueño del él.
En cuanto a correr a ponerle una “orden de restricción", tal parece que lo deseara o las colecciona. No nos interesan las primeras planas y “cortos (o largos) de fuerza moral”, nos encanta revestir todo “con aquello de la burla y la joda cubiche”, aunque no seamos humoristas, ni nos presentemos como tal. No nos dice usted nada nuevo, ni algo de lo que podamos avergonzarnos. A pesar de su actitud quejosa, ofensiva y dada a la calificación grosera y valdés, digo soez, (este chiste no es mío pero está buenísimo) tiene usted razón: “es el precio a pagar cuando te leen cientos de miles de gente” y andas por el mundo cometiendo excesos, diciendo indecencias y ofreciendo “una patada en el culo” a cuanto ser humano te contraría.
Sobre el caso de “Los Miquis de Miami”, (al igual que “Estancia Cubana”) sólo puedo decir que muchos se alegraron de su cierre: los intolerantes, los mediocres, los olvidables (ay, tan presentes) de siempre. Yo siempre recuerdo a “los Miquis” y, a pesar de haber leído sus nombres en mil lugares que creen haber revelado algo importante, no podría decirlos. Mañana, (no es un anuncio, no lo hemos ni pensado) cerraremos nosotros y muchos (no tu amigo, estamos seguros) descorcharán licores, pero siempre habrá algún blogger o lector que diga: “te acuerdas cuando “Tiro” le ajustaba las tuercas flojas a Varela”.
De la máscara, no he de darle explicación alguna, pues, como su fama (buena o mala) de “peligroso", de “monstruo", es sólo virtual. Todos saben, o pueden saber con un mínimo esfuerzo, quienes somos. Una cosa es que lo sepan y otra que puedan decirlo. Esa es la maravilla de esta sociedad, que lo mismo te limita y restringe obligándote a ponerte una máscara cuando no lo deseas, pero que te permite hacer un blog en estas condiciones y opinar sobre lo que te salga de tus más sólidos argumentos, protegiéndote legalmente, "siempre que no quiebres la ley". Por eso puede usted, estimado Varela, estando aún “en probatoria” (según usted mismo hace público) hacer de las suyas en cuanto blog estima (yo no sabía ni que su blog existía, cuando entró usted por primera vez al nuestro y dejó uno de sus comentarios) y decir lo que estime en el suyo sin importar de quien se trate por "poderosos o peligrosos” que estos sean. Las reglas, amigo, están hechas a la medida de todo el mundo.
Como, al parecer, la causa mayor de su molestia fue nuestro comentario acerca del alejamiento de Delio Regueral de “Pica Pica", no tiene que preocuparse, le pediré a él que me firme mi ejemplar (que compré, quede claro) y se acabó la historia. Se equivoca al pensar que entre usted y nosotros puede existir “una confrontación”. No tiene que invertir su valioso tiempo en evitarlo pues no sucederá de ningún modo. No nos interesan los “flashes sociales” que pueda darnos usted ni nadie, pues razones "de mayor peso y mas sustanciales" nos hacen desear todo lo contrario.
Tiene razón, usted nunca nos ha hecho nada y respetamos su trabajo como artista. Nunca hemos dicho lo contrario. En cuanto a “el incidente del Herald", nos importa un bledo al igual que “El Herald” mismo. Le deseamos que recupere usted su libertad (aunque ha demostrado ser más libre de lo que muchos quisieran) pero no se largue de aquí, que hasta Varelas hacen falta para hacer de esta ciudad algo mejor. Si aún así, decide hacerlo, me gustaría que nos concediera una entrevista para este blog como despedida.

Reciba un saludo cordial de Tirofijo.