martes, 10 de marzo de 2009

EL GENERAL NO TIENE QUIEN LE ESCRIBA

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La ficción Batista", podría llamarse a la escaramuza de hace unos meses, en que algunos blog se hicieron eco de este personaje infausto de nuestra historia. Todo no ha pasado de ser un viento platanero del que ya nadie se acuerda, pues hoy 10 de marzo, apenas uno o dos blog recordaron el hecho sin muchos aspavientos.
¿Y los batistianos doctrinales donde están?

10 comentarios:

Anónimo dijo...

En el blog de Emilio Ichikawa, que leyó tu llamado aqui y no quiso quedar atras.

Anónimo dijo...

"Sí, voy al encuentro en Barcelona porque es mi libertad y no depende de nadie, porque tampoco he invertido energías en estar contra nadie, hay demasiadas cosas que tienen prioridad en mis pensamientos, como la democracia verdadera, la libertad sin restricciones, las expresiones libres llenas de amor y responsabilidad. No espero cambiar nada en ese encuentro, y sé que nada me cambiará. Para mí, reitero, no asistir no es un síntoma de patriotismo ni de rebeldía, ya bastante es que no visite el país en el que nací como para que, en un mundo democrático, la silla que me asignen quede marcada por mi ausencia. Eso, me parece, es demasiada esclavitud".

Maria Elena Cruz Varela entrevista en Efory Atocha.

Anónimo dijo...

Después de esas palabras de Cruz Varela, Chocho Valdés está que arde.

Anónimo dijo...

MADRID.— El ex dictador cubano Fulgencio Batista, derrocado por la revolución de Fidel Castro hace 50 años, fue enterrado en el cementerio de San Isidro, en Madrid.

La muerte, por un infarto a la edad de 72 años, había sorprendido en la víspera al ex “hombre fuerte” de Cuba en Marbella, en el sur de España, donde tenía una de las lujosas residencias que pudo adquirir durante su dorado exilio de 14 años gracias a los millones de dólares de las arcas cubanas que aún había conseguido meter en sus maletas antes de huir de La Habana en la madrugada del 1 de enero de 1959.

Unas 300 personas, entre familiares, amigos y ex colaboradores de Batista, así como representantes de la dictadura franquista, acompañaron el ataúd, cubierto con la bandera de Cuba, hacia la capilla central del cementerio de San Isidro, el más romántico de Madrid, inaugurado en 1811 y lugar de descanso eterno preferido de la aristocracia y alta burguesía españolas.

El cementerio está situado en el Cerro de las Ánimas, en el suroeste de Madrid, desde el cual se puede disfrutar de una magnífica vista panorámica sobre la capital española.

Quien busque el panteón de la familia Batista entre los impresionantes mausoleos y criptas de la parte histórica del cementerio, semiocultos entre árboles centenarios, se llevará una decepción. El ex dictador está enterrado en un patio que carece de valor arquitectónico, y su tumba no destaca entre los otros sepulcros del sector, ubicado cerca de la entrada principal del camposanto.

El féretro de Batista fue colocado junto al nicho que guarda los restos de su hijo menor, Carlos Manuel, fallecido a causa de una leucemia en 1969, a la edad de 19 años.

Antes de que se cerrara la tumba, uno de los aliados más fieles del general, Gastón Godoy Loret de Mola, elegido vicepresidente de Cuba en los comicios simulados de noviembre de 1958, pronunció un panegírico repleto de alabanzas a Batista por su supuesta entrega a la causa de la libertad, la democracia y el desarrollo de Cuba.

Hoy, a 50 años del triunfo de la revolución, llama la atención que el ex dictador sea objeto de una sorprendente revalorización, promovida desde el exilio por algunos intelectuales cubanos convencidos de que el régimen castrista ha sido la mayor desgracia en la historia de Cuba.

Anónimo dijo...

Es que no hay batistianos doctrinales. Eso es un invento de La Jiribilla.

Anónimo dijo...

La tumba de Fulgencio
Theo Peters/DPA

MADRID.— El ex dictador cubano Fulgencio Batista, derrocado por la revolución de Fidel Castro hace 50 años, fue enterrado en el cementerio de San Isidro, en Madrid.

La muerte, por un infarto a la edad de 72 años, había sorprendido en la víspera al ex “hombre fuerte” de Cuba en Marbella, en el sur de España, donde tenía una de las lujosas residencias que pudo adquirir durante su dorado exilio de 14 años gracias a los millones de dólares de las arcas cubanas que aún había conseguido meter en sus maletas antes de huir de La Habana en la madrugada del 1 de enero de 1959.

Unas 300 personas, entre familiares, amigos y ex colaboradores de Batista, así como representantes de la dictadura franquista, acompañaron el ataúd, cubierto con la bandera de Cuba, hacia la capilla central del cementerio de San Isidro, el más romántico de Madrid, inaugurado en 1811 y lugar de descanso eterno preferido de la aristocracia y alta burguesía españolas.

El cementerio está situado en el Cerro de las Ánimas, en el suroeste de Madrid, desde el cual se puede disfrutar de una magnífica vista panorámica sobre la capital española.

Quien busque el panteón de la familia Batista entre los impresionantes mausoleos y criptas de la parte histórica del cementerio, semiocultos entre árboles centenarios, se llevará una decepción. El ex dictador está enterrado en un patio que carece de valor arquitectónico, y su tumba no destaca entre los otros sepulcros del sector, ubicado cerca de la entrada principal del camposanto.

El féretro de Batista fue colocado junto al nicho que guarda los restos de su hijo menor, Carlos Manuel, fallecido a causa de una leucemia en 1969, a la edad de 19 años.

Antes de que se cerrara la tumba, uno de los aliados más fieles del general, Gastón Godoy Loret de Mola, elegido vicepresidente de Cuba en los comicios simulados de noviembre de 1958, pronunció un panegírico repleto de alabanzas a Batista por su supuesta entrega a la causa de la libertad, la democracia y el desarrollo de Cuba.

Hoy, a 50 años del triunfo de la revolución, llama la atención que el ex dictador sea objeto de una sorprendente revalorización, promovida desde el exilio por algunos intelectuales cubanos convencidos de que el régimen castrista ha sido la mayor desgracia en la historia de Cuba.

Por ejemplo, la escritora Zoé Valdés, que vive exiliada en París, sostiene que, al lado de Fidel Castro, Batista fue un “niño de teta”, y hasta considera injustificado el calificativo de “dictador” para quien rigió los destinos de Cuba durante 18 años, de 1933 a 1944 y de 1952 a 1959. Entre 1940 y 1944, Batista incluso ejerció como presidente elegido democráticamente.

Valdés y otros escritores y periodistas cubanos del exilio tachan de totalmente exagerada la cifra de 20 mil muertos que los libros de la revolución cubana atribuyen a la represión batistiana de los años 50.

Ellos destacan la construcción de numerosos hospitales y escuelas durante ese periodo y los elevados índices de desarrollo que, según las estadísticas internacionales de la época, ubicaban a Cuba en varios renglones entre los países más avanzados de América Latina.

Para los que reivindican ahora una especie de rehabilitación de Batista, el golpe de Estado que éste dio el 10 de marzo de 1952, tres meses antes de las elecciones, fue a lo sumo un “error”, incluso apoyado por la mayoría de los cubanos.

En el mismo sentido, enfatizan en el origen humilde de Batista, hijo de campesinos pobres del este de la isla, su enorme voluntad de superación a través de la lectura y la discriminación que sufrió por parte de la alta burguesía blanca cubana por su condición de “mulato”.

En la segunda mitad de la década de los 50, hasta Estados Unidos había comenzado a perder la paciencia con Batista, su fiel aliado, al acumularse las denuncias sobre la cada vez más extendida corrupción en el gobierno del general golpista, el creciente número de asesinatos de estudiantes a manos de la policía en las calles de La Habana y por las noticias que llegaban de la isla confirmando el avance incontenible del Ejército Rebelde comandado por Fidel Castro.

En abril de 1958, Estados Unidos selló la suerte de Batista y su régimen al decretar un embargo de armas a Cuba. Cuando el dictador había tomado la decisión de huir de la isla, Estados Unidos ni siquiera le permitía la entrada como exiliado.

Batista, quien quería afincarse con su familia en la lujosa mansión que había comprado en la década de los 40 en el estado de la Florida, finalmente optó por aceptar la invitación de su colega dictador Rafael Leónidas Trujillo y abandonó La Habana rumbo a la República Dominicana. Más tarde trasladó su exilio a Portugal, bajo la protección de otro amigo dictador, António de Oliveira Salazar, para terminar sus días en la España del general Francisco Franco.

Treinta y tres años después de la muerte de Batista en Marbella, la tumba familiar en el cementerio madrileño de San Isidro se volvió a abrir, esta vez para recibir los restos de quien fuera su segunda esposa y con la que procreó cinco de sus ocho hijos: Martha Fernández Miranda, fallecida el 2 de octubre de 2006 en West Palm Beach, Florida, a la edad de 88 años, también de un infarto cardíaco.

General Fulgencio Batista Zaldívar — “Ex presidente de la República de Cuba”, reza la inscripción en la sencilla lápida que cubre el supulcro familiar. Y abajo: “Martha Fernández Miranda, viuda de Batista Ex primera Dama de la República de Cuba”.

Sin embargo, nada indica que algún nostálgico del régimen de Batista haya acudido en fechas recientes a la tumba para depositar en ella una flor.

MADRID.— El ex dictador cubano Fulgencio Batista, derrocado por la revolución de Fidel Castro hace 50 años, fue enterrado en el cementerio de San Isidro, en Madrid.

La muerte, por un infarto a la edad de 72 años, había sorprendido en la víspera al ex “hombre fuerte” de Cuba en Marbella, en el sur de España, donde tenía una de las lujosas residencias que pudo adquirir durante su dorado exilio de 14 años gracias a los millones de dólares de las arcas cubanas que aún había conseguido meter en sus maletas antes de huir de La Habana en la madrugada del 1 de enero de 1959.

Unas 300 personas, entre familiares, amigos y ex colaboradores de Batista, así como representantes de la dictadura franquista, acompañaron el ataúd, cubierto con la bandera de Cuba, hacia la capilla central del cementerio de San Isidro, el más romántico de Madrid, inaugurado en 1811 y lugar de descanso eterno preferido de la aristocracia y alta burguesía españolas.

El cementerio está situado en el Cerro de las Ánimas, en el suroeste de Madrid, desde el cual se puede disfrutar de una magnífica vista panorámica sobre la capital española.

Quien busque el panteón de la familia Batista entre los impresionantes mausoleos y criptas de la parte histórica del cementerio, semiocultos entre árboles centenarios, se llevará una decepción. El ex dictador está enterrado en un patio que carece de valor arquitectónico, y su tumba no destaca entre los otros sepulcros del sector, ubicado cerca de la entrada principal del camposanto.

El féretro de Batista fue colocado junto al nicho que guarda los restos de su hijo menor, Carlos Manuel, fallecido a causa de una leucemia en 1969, a la edad de 19 años.

Antes de que se cerrara la tumba, uno de los aliados más fieles del general, Gastón Godoy Loret de Mola, elegido vicepresidente de Cuba en los comicios simulados de noviembre de 1958, pronunció un panegírico repleto de alabanzas a Batista por su supuesta entrega a la causa de la libertad, la democracia y el desarrollo de Cuba.

Hoy, a 50 años del triunfo de la revolución, llama la atención que el ex dictador sea objeto de una sorprendente revalorización, promovida desde el exilio por algunos intelectuales cubanos convencidos de que el régimen castrista ha sido la mayor desgracia en la historia de Cuba.

Anónimo dijo...

http://lafincadesosa.blogspot.com/2009/03/los-robin-hoods-virtuales.html

Imprimir, enmarcar y poner en la mesita.

Anónimo dijo...

Ahora PD pide un Imac para escribir al comandante, un Iphone para hablarle y un Ifax para mandarle la carta.

Anónimo dijo...

queria decir al general. pero e' lo mi'mo.

Anónimo dijo...

LO que pasa es que Marie Elena ya comprendio que no basta con escribir poesia, tener un pasado de contrafidel y compania, debe tambien jugar la star. Y el Chago, que no se hace esperar, en eso de soy la sorpresa del dia, salta sobre la ocasion.
Ay, que dos, que dos en mula partia. Tanto se asemejan entre ellos que el dia menos pensado se funcionan como en VOltus V
Que la fuerza sea con ellos

maria elena+chago+zoe+ernesto+siquitrillas, entiendase el zoo tradicional.
Lamimita Loynas