Buena la secuencia. Como ves, las primeras fotos son mucho más espontáneas, snaps del hombre sin mayor preparación ni pose, y todas cometen el "error" de mostrar demasiada piel, que es igual a información. En la última, se ha escondido al hombre herméticamente hasta la barbilla, lo que se ve de piel es una parte del rostro y algo de la mano izquierda, esta última casi completamente cubierta por la mano de Cristina Fernández. Esa mano, la de Fidel, luce casi morada; el rostro ha sido colorido, revitalizado, y muy probablemente se han eliminado señales propias de la vejez, quizás de la enfermedad. No hay ni una sola venita en sus ojos y tiene menos arrugas que la señora Botox. La razón por la que no se deja pasar a un fotógrafo independiente es muy comprensible. Sería como dejar a un relator de DD.HH. en una de sus cárceles.
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4 comentarios:
Se le ve hasta mejor en la última con respecto a las cinco anteriores.
¿Y qué hubo de las predicciones?
Buena la secuencia. Como ves, las primeras fotos son mucho más espontáneas, snaps del hombre sin mayor preparación ni pose, y todas cometen el "error" de mostrar demasiada piel, que es igual a información. En la última, se ha escondido al hombre herméticamente hasta la barbilla, lo que se ve de piel es una parte del rostro y algo de la mano izquierda, esta última casi completamente cubierta por la mano de Cristina Fernández. Esa mano, la de Fidel, luce casi morada; el rostro ha sido colorido, revitalizado, y muy probablemente se han eliminado señales propias de la vejez, quizás de la enfermedad. No hay ni una sola venita en sus ojos y tiene menos arrugas que la señora Botox. La razón por la que no se deja pasar a un fotógrafo independiente es muy comprensible. Sería como dejar a un relator de DD.HH. en una de sus cárceles.
En las dos ultimas está maquillado.
muy interesante observacion, hasta me recordo el album de binladen
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