Al comandante le están saliendo “contestones”. Primero fue Reinaldo Escobar, el esposo de la blogger Yoani Sánchez, y ahora Roberto Quiñones Molina, el hijo de la Dra. Hilda Molina. Al guapo del barrio, al abusador ante el cual todos se amedrentaban, le dieron “una galleta” en una esquina y a todo el mundo “le pica la mano” por “sonarlo”. Todos están disputándose el turno para desahogarse. Hace unos días, leía unas reflexiones (este hombre desvirtúa hasta las palabras) de Emilio Ichikawa, donde planteaba que el senecto dictador cubano, en su obcecación, estaba haciendo descender la categoría de su ya consolidada derrota a niveles de “derrota pírrica”. Los últimos acontecimientos, y los que seguro se sucederán, si la muerte no le rescata del lógico devenir, apuntan más hacia una “derrota lúdica”. El temido “monstruo de Biran” se ha convertido en el “mingo", el “punching bag” de cuanto muchacho salta al ring. Las gradas están llenas y todos se divierten, cada uno “pasandole su cuenta” personal. El divertimento se está haciendo, cada vez más, un acto de sanación nacional y debemos rogar que dure lo suficiente para poder conjurar los monstruos de cincuenta años de represión. Alguien puede decir que este en un comentario cruel. Yo, sin embargo, pienso que si de algo adolece es de una excesiva bondad. Concederle, al que fuera el ser más nocivo de la historia de la isla, a su materia necrosada, la posibilidad de reciclarse en un objeto terapéutico es mostrarle una generosidad que no merece.
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6 comentarios:
...es un momento de disfrute y sanacion y si alguien piensa que eres cruel que dirán de mi que aun me divierto con el vídeo donde resbalo y se despetronco contra el piso...
este wili me esta callendo mejor pero aun tiene que mejorar su blog
"Callendo?"
Querrás decir "cayendo."
A mejorar la ortografía.
...me preocupa cuando yo te acabe de caer , que va pasar?
johny esta que corta!!!
Así mismo, Eolo.
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